CRÍTICA DE ÓPERA

Voces de mujer

LA VANGUARDIA - 03.50 horas - 01/03/2002 ROGER ALIER

LA CLEMENZA DI TITO (VERSIÓN DE CONCIERTO)

Autor: Wolfgang Amadeus Mozart, sobre libreto de Caterino Mazzolà, basado en el de idéntico título de Pietro Metastasio Intérpretes: Deon van der Walt, Julia Varady, Jennifer Larmore, Montserrat Martí, Heidi Brunner, Simón Orfila. Coro y orquesta del Gran Teatre del Liceu. Director del coro: William Spaulding. Director de la orquesta: Bertrand de Billy

Lugar y fecha: Gran Teatre del Liceu (27/II/2002)

Escuchar en versión de concierto una ópera como "La clemenza di Tito", estática sin duda, pero interesante por sus connotaciones históricas (alabanzas a un emperador mientras en Francia ruge la revolución Francesa) hace que nos perdamos el sentido de "tot plegat", pero nos queda, eso sí, la magnífica música de Mozart y la presencia de intérpretes muy cualificados para dar el adecuado relieve a los personajes de esta historia "de mármol", en la que casi todas las voces son femeninas (dos papeles, Annio y Sestus, estaban pensados para "castrati").

Saludemos en primer lugar a la extraordinaria Julia Varady, en el tremendo papel de Vitellia, en el que empezó fría y con la voz un poco "seca", pero reponiéndose muy rápidamente para alcanzar las máximas cotas en su sensacional aria "Non più di fiori", que fue cantada de un modo antológico por una intérprete que ya lleva cuarenta años en el oficio y que obtuvo de nuevo un triunfo personal en este papel que ha grabado ya un par de veces. Señalemos que el "corno di bassetto" acompañó el aria con gran precisión.

Convenció también en el otro papel "tremendo", el de Sesto, la mezzosoprano Jennifer Larmore; en su famosa aria "Parto, parto" (exquisita la labor del clarinete "obligado") mostró algún desequilibrio en el color vocal de la zona grave, pero la interpretación fue mayúscula y sus restantes intervenciones en la ópera, incluyendo su espléndida aria del segundo acto, le valieron el reconocimiento general del público.

Curiosidad y expectación por oír a Montserrat Martí en el simpático rol de Servilia, que cantó con aplomo y voz exquisita, ganándose un aplauso general en su aria "Se altro che lagrime", dicha con una elegancia realmente sobresaliente. Gustó también mucho su "pareja" argumental, Heidi Brunner, en el papel paralelo de Annio; la voz es interesante con un deje un tanto misterioso que le resulta muy bien.

Otro papel de gran dificultad es el del protagonista aparente de la ópera, el emperador Tito. Deon van der Walt lo abordó con una voz un tanto fatigada. El cantante cumplió con todos los requisitos de sus tres arias y restantes escenas con total corrección, pero no alcanzó el nivel superior de los intérpretes hasta aquí comentados.

Redondeó el reparto el joven bajo-barítono menorquín Simón Orfila, cuya trayectoria ascendente es uno de los hechos más relevantes de estos años del nuevo Liceu. No obstante, en esta ocasión y a pesar de que cantó de modo seguro y eficaz el breve papel de Publio, se notaba su escasa familiaridad con el estilo mozartiano, que es algo que se adquiere con el tiempo.

Espléndido el coro, cuyas escenas realzaban -como quiso Mozart- la narración escénica, dándole variedad y profundidad. La orquesta la dirigió Bertrand de Billy con pasajes de gran corrección y otros un poco menos equilibrados. Llamó especialmente la atención la velocidad exagerada que imprimió a la marcha de entrada de Tito (como si de un evento deportivo se tratara) y de nuevo en el coro de la última escena. Con todo, puede decirse que su labor frente a la orquesta fue correcta en general. Muy notable la labor del continuo, a cargo de Cristoforo Pestalozzi y Véronique Werklé, que tocaba con exquisita elegancia un fortepiano de sonido casi clavecinístico, muy adecuado a la época, apenas audible frente a la orquesta, pero sí en los recitativos.

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El Periódico di Catalunya, Sábado 2 de Marzo del 2002

'LA CLEMENZA DI TITO', una floja lectura en el Liceu

FORMACIÓN Orquestra Simfònica i Cor del Liceu DIRECTOR Bertrand de Billy DÍA 27 de febrero LOCAL Liceu

En el último año de su vida, Wolfgang Amadeus Mozart dio lo mejor de su genio con un puñado de obras maestras. Ahí están, como muestra de la creatividad final del compositor de Salzburgo, La flauta mágica y el magistral Réquiem . Pero como a esas alturas de su existencia aceptaba todos los trabajos que le ofrecían para hacer frente a los más elementales compromisos de supervivencia, decidió asumir el encargo de componer la ópera La clemenza di Tito con un margen límite de tres semanas.

Con más tiempo, calma y mejor salud hubiera convertido esta obra en una maravilla, pero ninguno de estos tres condicionantes jugó a su favor y el libreto escrito por Caterino Mazzolà, sobre un texto de Pietro Metastasio, no tuvo el resultado musical que cabía esperar de un compositor de tanto talento. Así que en el mundo de la música todos saben que una buena interpretación orquestal y de los cantantes pueden dar la fuerza necesaria a las posibilidades de esta composición.

Y el caso es que la propuesta liceísta contaba con bazas vocales muy apetecibles y que mantuvieron el esperado nivel: Julia Varady, en el papel de Vitelia; Jennifer Larmere, en el de Sesto, y sobre todo Montserrat Martí, como Servilia. Pero el director titular de la orquesta, Bertrand de Billy, puso el piloto automático a la formación y la monotonía y un cierto aire marcial que no viene a cuento se apoderaron de la obra.

Echamos en falta la sensibilidad apropiada de la orquesta para el acompañamiento de las voces y también establecer unos tempos más sutiles y humanos. Eso sí, los que vinieron a aplaudir a los solistas y al coro del Liceu lo pudieron hacer sin ningún problema porque todos ellos rayaron a gran altura.

LUIS POLANCO


EL MUNDO

AÑO XIV. NUMERO 4.474. Domingo, 3 de marzo de 2002

[Opera] / «LA CLEMENCIA DE TITO»

El nivel deseado

ALBERT VILARDELL

Autor: Wolfgang Amadeus Mozart./ Obra: La clemencia de Tito. Intérpretes: Julia Varady, Jennifer Larmore, Heidi Brunner, Montserrat Martí, Deon van der Walt y Simón Orfila. Orquestra y Cor del Gran Teatre del Liceu./ Director: Bertrán de Billy. Versión en concierto./ Escenario: Liceu./ Fecha: 27 de Febrero.

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BARCELONA.- El nivel de un teatro se mide por sus resultados y creo que la versión en concierto de la obra de Mozart estableció el nivel mínimo deseable, que, en mi opinión, debería tener nuestro teatro. El mérito es aún mayor si tenemos en cuenta que La clemencia de Tito no es una obra fácil, y que se daba en versión de concierto, con lo que la dramaturgia debe lograrse con las voces y los instrumentos.Ha sido una ópera muy discutida desde su estreno, pero poco a poco se han ido descubriendo sus verdaderos valores a partir de su carácter serio. El lenguaje musical es de aparente sencillez, huye del carácter recargado dando mayor poder de concentración, con una simplicidad que logra una gran estructura armónica y un diseño melódico modelo.

Uno de los artífices de la importante velada fue Bertrán de Billy, que al igual que en Le nozze di Figaro confirmó que este es el repertorio con el cual puede alcanzar los mejores resultados.En la obertura consiguió solemnidad y magnificencia, vinculado a un sonido compacto y denso, con gradación de matices de calidad.Dio elegancia a la versión, estuvo pendiente de los cantantes, mantuvo la brillantez casi siempre aunque quizá al final del primer acto se hubiera podido incrementar la intensidad. Bajo su mando, la orquesta alcanzó una de las mejores prestaciones de los últimos tiempos, sonando cohesionada, con las cuerdas flexibles y pastosas, las maderas seguras y melódicas y el metal redondo, destacando la labor de los solistas. El coro volvió a mostrar sus buenas cualidades, con un estilo alternativo que sabía dar fuerza y contención.

Entre los cantantes destacó la veterana Julia Varady, que el difícil papel de Vitellia lo grabó en 1979 y 22 años después es capaz no sólo de superar las grandes dificultades, si no de dar una lección interpretativa. Aunque su voz ha perdido timbre, su gran inteligencia y su sentido teatral le permiten superar las dificultades. También fue importante la prestación de Jennifer Larmore. Montserrat Martí mostró una voz que ha ganado en potencia.Complementaron el reparto Deon van der Walt, con un buen estilo, pero con un instrumento que ha disminuido brillantez, Heidi Brunner correcto Annio y Simón Orfila que dio nobleza a Publio.

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